El Puente Nanay tiene una extensión de 2283 metros. Su envergadura lo convierte en una de las obras más extensa del país. De hecho, es el puente más largo, superando al Puente Presidente Guillermo Billinghurst de Madre de Dios. Sin embargo, es considerado un elefante blanco. Y es que la megaconstrucción, que costó más de 650 millones de soles, es utilizada solo por motos, mototaxis y aquellas personas que aman salir a correr.
RPP Noticias llegó a Iquitos para conocer más de esta ciudad y de la situación que se vive en uno de los extremos de este famoso puente. A primera vista, la obra no es utilizada como se debería (o como se pensó). Sus dos extensos carriles lucen vacíos. En el extremo, hay un paradero de mototaxis
Al ingreso, se ha instalado un paradero de mototaxis que brinda servicios a los pobladores de la comunidad de Santo Tomás. Además, hay varios puestos de comidas. “Siete soles el desayuno”, indica la comerciante, mientras un joven degusta de un arroz chaufa amazónico.
También se ven algunas casas en la orilla del río, todas de las mismas características: columnas altas hechas de madera, para evitar que se inunden con la crecida de las aguas. Tienen más de 60 años en el lugar. ¿Alguna duda de que no funcionan?
Enfrentando a la delincuencia
El principal problema de Iquitos es la delincuencia. En diversas zonas, como en las inmediaciones del jirón Itaya, había superado el accionar de las autoridades y perjudicaba -de manera exponencial- el turismo. Para reducir los índices de criminalidad; comerciantes, estibadores, carretilleros y demás, se han organizado. Cada uno de ellos paga un sol al día para poder pagar a personal de seguridad. “Hace dos años nos hemos organizado para tener nuestra propia seguridad. Los delincuentes ahora lo piensan mil veces antes de robar”, asegura uno de los dirigentes del mercado. De hecho, los robos se han reducido en un 80% en el lugar.
Pero eso no es suficiente. El turismo en color, y los vecinos de Belén lo saben. Para ello, buscan que el puerto se unifique y se construye una caseta única para no solo mejorar el comercio, sino también atraer a los turistas que llegan a Iquitos.
