Así lo dejó en claro el representante alterno del país andino en la ONU, Luis Ugarelli, al fundamentar la posición de su país a favor de la resolución que plantea la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que Washington mantiene desde hace más de 60 años.
La resolución fue aprobada por trigésima vez con 187 votos, frente a la oposición de Estados Unidos e Israel y la abstención de Ucrania, y sumó dos votos más que los 185 del año pasado, mayoría que agrupó a la casi totalidad de los países miembros de la ONU, según hizo notar Ugarelli antes de la nueva votación.
El funcionario citó un informe de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, según el cual el bloqueo sigue repercutiendo negativamente en los derechos humanos de la población cubana y en particular en la más vulnerable.
Esa política, añadió el representante peruano, citando el referido informe, afecta los derechos del pueblo cubano a la salud, la alimentación adecuada y la educación.
Señaló que Perú se suma con su voto a la posición fijada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el Movimiento de Países No Alineados, el Grupo de los 77 más China y otros bloques regionales.
El contundente respaldo al levantamiento del embargo económico, dijo, ”refleja la voluntad colectiva legítima y alineada con las normas básicas del derecho internacional”.
Se trata, añadió Ugarelli, de “una clara y evidente señal de que es necesario acabar con este tipo de medidas unilaterales a fin de que Cuba pueda avanzar en la agenda del desarrollo y en el cumplimiento de los objetivos del desarrollo de la agenda 2030”.
Remarcó que su país está en desacuerdo con la aplicación de sanciones unilaterales de ningún tipo, y solo considera legítimas las que aplique el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, y anotó que estas son acotadas para que no afecten a la población civil.
Dijo que el Perú vota por la resolución anti-bloqueo porque es una política de Estado de su país, aludiendo al persistente voto peruano en el mismo sentido.
La diplomacia peruana tiene entre sus grandes exponentes al excanciller Raúl Porras Barrenechea, quien perdió el cargo en 1962 por oponerse, contra las instrucciones de su Gobierno, a la exclusión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA) y defender los principios de soberanía y no intervención.
Fuente: Prensa Latina