Los aranceles podrían entrar en vigor en noviembre, tras una votación a finales de octubre.
Las capitales de la UE están preparadas para respaldar la introducción de aranceles a los vehículos eléctricos chinos, según declaró al Financial Times Valdis Dombrovskis, comisario europeo de Comercio.
“Está claro que los Estados miembros se dan cuenta de la necesidad de proteger la industria automovilística de la UE porque existe este riesgo de perjuicio”, afirmó Dombrovskis.
“La cuota de mercado de los vehículos eléctricos chinos está creciendo muy rápidamente. Ese subsidio existe”.
“Así que es sin duda un tema que hay que abordar”.
A principios de julio, la Unión Europea decidió imponer aranceles provisionales a los vehículos eléctricos fabricados en China, de entre el 17,4% y el 37,6%.
Eso se sumaba a un arancel del 10% ya impuesto a las importaciones de automóviles chinos.
Aunque la medida provocó la ira en Pekín, los partidarios del impuesto afirman que es esencial para proteger a los fabricantes de la UE contra la competencia desleal.
Una investigación iniciada el año pasado por la Comisión Europea determinó que los subsidios chinos estaban permitiendo a las empresas mantener sus precios artificialmente bajos.
China ha rechazado estas afirmaciones, argumentando que su industria ha florecido de manera natural.
En junio, las marcas chinas ocupaban el 11% del mercado europeo de autos eléctricos, según Dataforce.
Dombrovskis dijo al FT que estaba dispuesto a encontrar “una solución mutuamente aceptable” para resolver la disputa de importación, aunque eso requeriría un cambio en la política de subsidios de China.
“El mercado de la UE sigue siendo más abierto para los bienes y las empresas chinas que el mercado chino para la UE”, dijo Dombrovskis.
“Por lo tanto, ponemos mucho énfasis en nuestras discusiones con nuestros homólogos chinos para abordar esas diversas barreras de acceso al mercado, para garantizar un comercio más recíproco”.
Algunos estados de la UE, en particular Alemania, temen, no obstante, que una reacción contra las importaciones chinas pueda ser perjudicial para el comercio europeo.
China es un mercado clave para los autos alemanes, lo que significa que los actores industriales son reacios a morder la mano que los alimenta.
“China es el segundo socio comercial de la UE”, reconoció Dombrovskis.
“Y es evidente que nos interesa el comercio y la inversión en China. Al mismo tiempo, hay que señalar que nuestra relación comercial es muy desequilibrada”, afirmó.
El rechazo de estas importaciones acabará haciendo que productos como los paneles solares y los vehículos eléctricos sean más caros para los consumidores europeos.
Sin embargo, a pesar de criticar abiertamente los aranceles, Alemania no votó en contra de las medidas en una consulta celebrada en julio, sino que optó por abstenerse.
“Alemania ha participado en el debate sin asumir ningún compromiso”, afirmó el portavoz del Ministerio de Economía alemán, Korbinian Wagner.
“En opinión del gobierno alemán, ahora es crucial buscar una solución rápida y amistosa con China”.
Otros nueve países se abstuvieron de votar, cuatro se mostraron contrarios a los aranceles y 11 votaron a favor.
Para bloquear los aranceles se necesitan los votos de 15 países que representen al 65% de la población del bloque.
¿Cómo podría reaccionar China?
Todavía no está claro cómo reaccionará China a los aranceles definitivos, aunque Pekín ya ha amenazado con imponer sus propios gravámenes a productos de la UE como la carne de cerdo y las bebidas espirituosas.
Algunos fabricantes de automóviles chinos también han comenzado a abrir plantas en la UE para eludir los aranceles.
Dombrovskis advirtió que, para evitar los aranceles de importación, una parte mínima de la fabricación debe realizarse en la UE.
La postura de la Comisión sigue siendo más suave que la adoptada por el gobierno estadounidense.
En mayo, el presidente estadounidense Joe Biden impuso un arancel del 100% a las importaciones de vehículos eléctricos chinos.